8 de septiembre de 2009

Emilia en revista 7 días "Me caso en Diciembre"

Es un secreto, pero esta noche viene toda la familia Attias con ‘el Turco’ Naim a verla a Emilia porque está eligiendo el vestido de novia y quiere opiniones”. Amparán dose en la existencia de la fuente confidencial y el off the record, alguien se animó a develar el misterio. No era casual que la protagonista de “Casi ángeles” fuera una de las figuras del desfile de Laurencio Adot en Buenos Aires Alta Moda (BAAM) y que entre los espectadores estuviera su futuro marido, que no suele asistir a este tipo de eventos.

Los percheros ubicados en el back-stage estaban teñidos de verde, azul, rojo y blanco, y ante semejante confesión de la “persona equis”, las miradas de fotógrafo y cronista se posaron sobre un despampanante vestido blanco, pomposo, con mucho vuelo; era el vestido de una princesa, y a Emilia le calzaría perfecto como el zapato de cristal a Cenicienta. Pero otro delator indiscreto susurró por lo bajo: “ese blanco es el de Julieta Prandi, el de Emilia es el rojo”. Había varios rojos, pero éste sobresalía, como la mujer que lo iba a vestir pocos minutos después. "Es un vestido muy poco tradicional, como yo. Puede ser para una novia trashera o para una fiesta, es muy fuerte. Mi futuro marido, mi mamá y mis hermanas van a ver y opinar sobre si es éste el vestido con el que me tengo que casar o no”, reconoce Emilia, que tiene detrás de ella a un ejército de maquilladores, estilistas y asistentes que trabajan sobre su cutis y pelo como si le hiciera falta con sus 22 años y una belleza natural innegable. Pero la actriz miente piadosamente cuando dice que su familia y novio van a tener poder de influencia sobre la elección del vestido de casamiento. “Ella está viendo, pero decide todo a último momento”, dice una de sus hermanas famosas, Agustina. “Yo la aconsejo pero ella tiene mucha decisión y te digo que la última palabra siempre es suya. Y si le gustó algo no podés ingresar a su pensamiento para doblegarla porque no hay forma”, confiesa entre risas.

Emilia quiere mantener cierto misterio acerca de su boda con Naim, anunciada hace pocas semanas, pero pensada desde hace más de un año. “La fecha exacta todavía no está confirmada, pero nos casamos en diciembre. No puedo anticipar nada porque estoy viendo todas las opciones, cosas tradicionales y no tradicionales, pensando en salones o algo al aire libre. Sólo te puedo asegurar que va a ser una boda muy particular, exótica y original”. Por si a alguno le quedó alguna duda, ella va a llevar la batuta en la organización de la fiesta: “Yo manejo todo –ríe casi llegando a la carcajada–. No, bueno, lo charlo con él, obvio. Pero yo organizo bastante. Va a ser todo una sorpresa. A mí me gusta mucho crear, organizar el espíritu de la fiesta, la decoración. Tengo varias ideas, ahora me tengo que decidir por una”. La elección de un vestido colorado como el que lució sobre la pasarela de Adot el miércoles por la noche, uniría esas tres cosas que la actriz desea en su boda: particularidad, originalidad y exotismo. “Me la imagino con algo más bien extraño; aún si se decide por algo clásico, algo raro va a tener, como un vestido como el de hoy. O quizás sorprenda más con el peinado, con Emilia nunca se sabe, siempre nos agarra desprevenidos”, reconoce Agustina.

EL MARIDO DE LA NOVIA “El vestido le queda divino, me encantó todo, los colores, Laurencio es muy talentoso”, dice el futuro marido una vez finalizado el desfile. Y como si se hubiera puesto de acuerdo con ella, pone play al mismo casete con algo más de humor: “No puedo adelantar nada, la boda va a ser como diga Emilia, yo no puedo tomar ninguna decisión. Puede ser que elija mi ropa si me deja, estamos luchando por eso” (risas). Al humorista de Showmatch se lo nota muy tranquilo, relajado con la situación, será porque está mentalizado con que su futura esposa será la wedding planner perfecta. “No estoy nervioso, pero sí con ganas de que las cosas salgan bien, un poquito de ansiedad me da pensar en el casamiento, no te voy a mentir. Es un momento de disfrute para los dos y para siempre”. Y cuando termina con una frase políticamente correcta y sin arruinarle sorpresas a Emilia, se le escapa un “no creo que se vista de blanco”.
La de Emilia y Naim fue, desde sus comienzos, una pareja que acaparó la atención. Se conocieron en 2006 grabando escenas de “Gladiadores de Pompeya”, una tira de Canal 9 que pasó sin pena ni gloria para la historia de la televisión, pero que les significó a ellos conocerse y enamorarse. Claro que no todo fue color de rosa desde un primer momento. La modelo, que en aquel entonces bailaba por un sueño en el programa de Marcelo Tinelli, tuvo que salir a desmentir rumores de romance con la típica frase “somos solamente amigos” porque él aún estaba conviviendo con quien era su mujer, Paloma. Al tiempo, la separación del actor no sorprendió a nadie, así como tampoco que blanquee su amor con Attias. Juntos, compraron y remodelaron una casa en el barrio de Belgrano –en la que conviven hace tres años–, y no tardaron en adoptar dos perros como si fueran sus hijos.

Hablando de eso, ¿y los hijos para cuándo? “Me encantaría ser una madre joven”, repite Emilia una y otra vez. Y con el inminente casamiento, su hermana, inevitablemente, ya se hace ilusiones: “¡Quiero sobrinos, aunque no creo que por ahora ella vaya a tener hijos. Pero, ¿quién te dice? Emilia siempre nos sorprende”.

Revista 7 Días. Agradecemos al FORO AT

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